Posiblemente haya tantas historias sobre Michael Jackson como personas en el mundo. Posiblemente muchas de esas historias estén contaminadas por el odio, contaminadas por la ignorancia o simplemente, contaminadas por el dejarse llevar. Posiblemente, ni tú ni yo nos hayamos parado a pensar que detrás de ese gran artista sobre el escenario, al que nadie podrá negar su éxito, había y seguirá habiendo una persona. Una persona con sus temores, sus inquietudes, sus alegrías, sus tristezas… una persona con sueños. Grandes sueños que, precisamente por eso, por ser tan grandes; fueron considerados extraños.
Pero… ¿quién quiere un mundo dominado por el odio, por las guerras, por el hambre o por la injusticia? ¿Quién quiere un mundo donde la carencia de árboles impida respirar, donde los glaciares se deshielen, donde se mate a los animales o donde se contaminen los océanos? No creo que ninguno sea capaz de alzar la voz diciendo: Sí. Sin embargo, al final lo acabamos haciendo. Miramos para otro lado y permitimos que todos esos problemas continúen.
Michael Jackson quería cambiar esta actitud. Algo tan sencillo y complicado al mismo tiempo. Quería que todos nos uniéramos para “sanar el mundo”, para hacer un mundo mejor. Un mundo donde el odio diera paso al amor, donde el hambre no existiera y donde la Justicia fuera algo más que una palabra utópica. Un mundo donde los bosques no fueran destruidos, donde no se mataran las focas o no se contaminaran los mares. ¿Son estas ideas tan insólitas? No hay lugar para las dudas, la respuesta es no.
Habrá voces que se alcen diciendo que se trata de “delirios de grandeza”, de mero márketing para vender más discos o incluso habrá quien diga que ése Michael “ya no es el mismo de Thriller, que aburre con tanto mensaje”. Quien así piense no conoce al verdadero Michael Jackson, no conoce su esencia; y sobre todo, se está perdiendo a un ser humano excepcional. Cada uno es libre de elegir; pero, para elegir, es preciso conocer. Sólo así seremos honestos con nosotros mismos y con un artista muchas veces incomprendido.
Los deseos de un mundo mejor se encuentran intrínsecos en Michael, forman parte de su naturaleza; y ya, desde sus primeros años en el colegio da muestras de generosidad. No se trata por lo tanto de “una pose” como algunos han querido insinuar. No. Los sentimientos y deseos de Michael son puros y los hace viajar de continente en continente, de país en país a través de su música. Michael utiliza sus canciones para unir pueblos, para lograr que su sueño se haga realidad.
BAILANDO EL SUEÑO
Hace 13 años
